Durante este mes se cumplen 35 años de la edición del disco debut de V8: obra fundamental en la historia del heavy metal argentino.
Luchando por el metal fue mucho más que el disco debut de V8: fue la primera expresión concreta que tuvo el heavy metal en la Argentina y, al día de hoy, está considerado como una de las obras fundamentales del género en habla hispana. Y no es para menos: este disco definió, para siempre, una estética al heavy metal en esos años de formación.
El mismo se comenzó a gestar en 1982, casi tres años después de que Ricardo Iorio y Ricardo Moreno formaran la banda (este último se abriría del proyecto en 1981 debido a que su asma crónico no le permitía tocar con la frecuencia que sus compañeros necesitaban).
La introducción anticipa la potencia que contiene este LP con ese poderoso motor de Torino, aunque Iorio se haya quedado con las ganas de conseguir el rugido de un autenticó motor V8. Luego sigue el poderoso riff de Osvaldo Civile para abrir con el clásico Destrucción.
Para su debut discográfico, V8 se dio el gran gusto de contar con Pappo Napolitanoen Hienas de sangre. Por esa época, el Carpo lideraba Riff, la máxima referencia del rock pesado de aquel entonces. Incluso, V8 actuó en muchas ocasiones de telonero, incluyendo en el histórico B.A. ROCK, donde asomaba el irreverente carácter de un joven Iorio insultando a los organizadores (los hicieron tocar sin probar), las cámaras y parte del público presente, que no tardó en responder con naranjazos y botellazos.
Además de potencia (la constante batería de Gustavo Rowek va marcando las velocidades), el álbum muestra un impecable nivel narrativo, con el joven Iorio expresando el hartazgo de una generación hacía la época, mientras la atmósfera se cuela por la rejilla del disco. Hay un marcado acento en la problemática social y, sobre todo, en la clase trabajadora, sector donde el heavy metal nacional hace base.Fue toda una novedad que la banda no se callaba nada, convidando letras oscuras con cierta carga de terror e ironía. Incluso, V8 apuntó hacia el “neo hipismo”, tildándolo de moda pasajera. Una impronta bien marcada Made in Conurbano, donde el generó de entrada tiene su sentido de pertenencia entre la gente (como ese sentido de pertenencia que la banda tiene a flor de piel y muestra, con orgullo, enParcas sangrientas, donde la viola de Civile gatilla con las ganas de romper las mordazas).
Al disco no le falta la influencia de Black Sabbath y Led Zeppelin. Ángeles de las tinieblas es otro de los grandes momentos, donde esta vez se destaca la habilidad de la voz de Alberto Zamarbide.
Luchando por el metal tuvo poco éxito en su momento debido a que la movida heavy metal no estaba instalada totalmente en la Argentina; pero, con el correr del tiempo, se fue convirtiendo en uno de los discos de culto más difíciles de conseguir durante años, sobre todo con ese sonido de “cassette grabado”.
Claramente, este disco fue la piedra fundamental del heavy metal argentino. Incluso,tras la separación de V8, en 1987 y luego de editar res discos, se formó el árbol genealógico del género: por el lado de Ricardo Iorio con Hermética y Almafuerte hasta la actualidad; Osvaldo Civile con Horcas; Gustavo Rowek y Walter Giardino fundaron Rata Blanca; mientras que Alberto Zamarbide, Miguel Romano y Adrián Cenci crearon Logos. Sí, Luchando por el metal fue el puntapié que comenzó con todo.
Fuente: http://esquinarockweb.com.ar
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