Tres décadas después de su irrupción en la escena local con Virus, el músico platense editó Enigna 4, su pimer disco solista en el cual pone a prueba su sensibilidad para captar los sentimientos y decodificarlos en canciones.
De su talento compositivo nacieron los acordes de hits como El rock es mi forma de ser, El probador, ¿Qué hago en Manila?, Amor descartable, Dame una señal, Pronta entrega, Mirada Speed y Superficies de placer, por citar algunos de los éxitos de Virus.
Julio Moura ve en su obra una “transición muy grande” en relación a sus comienzos musicales; esta mutación se suma a toda la data que recopiló en las diferentes épocas y a las transformaciones personales que vivió desde fines de los setenta hasta hoy. En este sentido, agrega que no puede dejar fuera de su inspiración algo tan estructural como los hechos que marcaron el quiebre entre la primera y la segunda mitad del siglo XX.
Cuando analiza Enigma 4, Moura se permite escudriñar en su formación general, como ser humano y como artista. “No es casual que la música tal como me llegó en la vida tiene como puntos claves la Guerra de Vietnam y el movimiento contracultural del amor libre la paz, el rock and roll y Woodstoock: a partir de ahí, nada volvió a ser lo mismo”, sostiene el músico, dejando en claro sus influencias. “La música, el arte y los ideales de las nuevas generaciones, transformaron la forma de expresión y de comunicación a nivel internacional”, agrega.
“Toda mi vida, como individuo y como músico, nace absolutamente integrada a ese tiempo y a ese movimiento político y social concreto, determinante y revolucionario. Puedo decir sin dudar en términos totalmente generales, que mi disco refleja y representa exactamente eso”, detalla.
Fuente: esquinarockweb.com.ar
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