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Pesadilla porteña: por qué Kurt Cobain odió el show de Nirvana en la Argentina

fines de de 1992, Nirvana gozaba de gran popularidad gracias a Nevermind (1991), su último lanzamiento. El álbum, cuya tapa mostraba a un bebé en la pileta a punto de atrapar un billete, fue el segundo material de estudio que grabó la banda de grunge y uno de los discos que más influyeron en la masividad que alcanzó el rock alternativo. Por esa razón, la visita a la Argentina de la banda oriunda de Seattle, Estados Unidos, era uno de los shows más esperados del momento. Sin embargo, a Kurt Cobain , que falleció dos años más tarde y hoy cumpliría 53, le cayó mal una actitud del público argentino que lo llevó a cobrarse una pequeña “venganza”.

Cobain llegó a Buenos Aires el 29 de octubre de 1992 con su pareja, Courtney Love , su hija, Francis Bean Cobain (que por entonces tenía apenas dos meses de vida), y una decena de personas que integraban el staff de gira de la banda. El show de Nirvana en aquel tour tenía la apertura a cargo de Calamity Jane una banda femenina también de la Costa Oeste de los Estados Unidos, integrado por Gilly Ann Hanner (vocalista y guitarrista), Lisa Koenig (baterista), y Megan Hanner (bajo). Después de la actuación de Los Brujos -la banda local que abrió la fecha- el trío punk de chicas se subió al escenario. La respuesta del público fue desagradable e inesperada: buena parte de las 50.000 personas presentes comenzaron a silbar, abuchear y arrojar objetos al escenario, al tiempo que pedían que comience el show de Nirvana.

La situación molestó mucho a Cobain, que sintió que la actitud del público local había sido muy ofensiva con las tres músicas de Portland. Años después, la cantante de Calamity Jane le dijo en una entrevista a El País : “Lo que sucedió en Buenos Aires fue que todo era inmenso y que teníamos una barrera con el lenguaje. Estábamos fuera de nuestro elemento, mientras nos arrojaban monedas, escupidas, piedras y algunos incluso exhibían sus penes. Nos gritaban ‘¡put..!’ y mostraban los genitales, así que más allá de la impaciencia que podían tener por ver a Nirvana, lo tomamos como algo de género”.

En los años que siguieron, Kurt continuó hablando del tema por la pésima impresión que le causó lo ocurrido en el Estadio de Vélez. “Durante todo su repertorio, la audiencia estaba arrojando dinero y todo lo que tenían en sus bolsillos, basura y piedras, solo amedrentándolas. Eventualmente las chicas no pudieron más y comenzaron a llorar. Fue terrible, una de las peores cosas que he visto, una gran masa de sexismo”, dijo Kurt, citado en el libro Nirvana: the chosen rejects .

La respuesta de la banda, contundente pero elegante, fue alterar todo el setlist del show y negarse a darle a los fanáticos lo que más esperaban: durante varios momentos del show, comenzaron a tocar “Smells like teen spirit”, su hit definitivo, pero lo interrumpieron para hacer otras canciones. En el booklet de Incesticide (1993), el álbum que le siguió a ese particular show, Nirvana listó las mejores y las peores cosas que les habían pasado en su carrera e incluyeron aquel día en el que le “pagaron 5000 dólares a las Calamity Jane para que sean interrumpidas por 20.000 machitos en Argentina”.

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